miércoles, 13 de octubre de 2010

Concerto para violín en Re Maior, Op.35, de P.Tchaikovsky

En esta obra hay un diálogo muy claro de la orquesta y un violín solista. Tchaikovsky pretende hacernos pasar un buen rato escuchando un concierto romántico. Está formado por 3 movimientos: el primero rápido, el segundo más lento/pausado, y el tercero y último es extremadamente rápido.

En el primer movimiento, desde mi punto de vista, el violín solista nos demuestra su experiencia y su táctica para hacerse notar. Sin embargo, la orqueta acompaña sin complicaciones y sin protagonismo. La melodía del violín resulta amable y entretenida a pesar de que se repite varias veces.

En el segundo movimiento, que suele ser mucho más lento, la melodía del violín es más triste y sin tanto espectáculo. A mí me parece demasiado aburrida para los oyentes con respecto al primer movimiento. En esta parte de la obra, la orquesta destaca un poco más.

En el último movimiento, que es el más rápido, el violín y la orquesta nos demuestran de nuevo su experiencia, aunque el violín sigue siendo el protagonista. Para mi forma de ver, la música de este movimiento está bien estructurada por la manera de intercalar los diferentes ritmos.

Tania García Fernández

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